Por fín alcanzamos un bosquecillo con sombra. Por otro lado parece que hemos llegado a lo más alto.
Como tenía malas sensaciones en los pies, pensé que para no sufrir frenando en una bajada pronunciada, podría bajar por la carretera nueva con menor pendiente.
En un terreno cercado próximo a la carretera habían cinco burros aguantando en sombras. Como digo yo eran burros, pero no tontos.
Poco después llego a una rotonda, donde llegan los coches procedentes de la autopista y yo vuelvo a subir hacia Orio, donde me encuentro el camino que había bajado por la carretera vieja, por lo que retomo el camino que me vuelve a bajar, lo que había subido. El camino sigue hacia la ermita de San Martín por una durísima subida que siendo positivo era corta.
Tan cansado estaba que no hice ni una foto exterior a la ermita que se encontraba cerrada. También había otro letrero, indicando que el albergue se encontraba cerca.
Primero estuve esperando frente a la puerta que da a la calle, hasta que di la vuelta al edificio y me encontré que había otra puerta que daba al campo, por donde se entraba. Finalmente ya había llegado a un albergue. Primero me tomaron nota y me asignaron una cama, luego me duché y cuando repasaba los pies, ya con gafas, vi que las molestias que tenía en los dedos de los pies era porque tenía una uña falangista, levantada hacia arriba, otra que seguía mismo camino, ...
Comprendí que ya había terminado el camino por este año, si quería estar minimamente bien para irme de vacaciones unos días después. No me faltaban uno o dos días para llegar a una población emblemática. Orio estaba bien comunicado y se podía hacer una retirada estratégica.
En el albergue pregunté si en Orio había un podólogo y me contestaron que si, pero que la podóloga estaba en estado de buena esperanza y a punto de alumbrar, por lo que bajé a Orio, para informarme. Me encontré el centro de podología cerrado. El ambulatorio también estaba cerrado, pues solo atendían por la mañana, y en caso de urgencia había que ir a Zarautz, pero mi situación no era tan urgente, por lo que me volví al albergue, donde cené.
crema de verduras, estaba buenísima |
una pareja de Alemania, cerca de Colonia |
padre e hija de Madrid, frente a la madre |
de segundo plato, pescado rebozado con ensalada |
parte de los comensales y el menda |
Un francés de Borgoña, una alemana de Munich y una madrileña |
de postre una manzana asada |
Termino mi relato con la noche. Mañana será otro día.
Todas las fotos las hice yo el jueves 7 de agosto de 2014.
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