miércoles, 27 de febrero de 2013

Camino Portugués: De Pontevedra a Caldas de Reyes.

Pensaréis que este camino se hace interminable, pero no puedo compartir experiencias cada día. Hay que dejar recrear la memoria, para que vayan apareciendo recuerdos.

A la mañana siguiente me fui a desayunar a un bar que se encontraba delante del albergue, donde tenían también habitaciones y algunos de los compañeros del camino decidieron pernoctar allí. Quien sabe buscaban un poco de intimidad, una bañera donde sumergirse y relajarse. Así por la mañana dusqué la salida, pues la entrada, como ya os comenté, fue un poco escondida. Al cerrarse la puerta del jardín, ya no había vuelta atrás. Un café con leche con algo más, me recuerdo de una tostada con aceite.

Dejé a los compañeros que aún tenían quehaceres y atravesé el río Lérez por el Ponte del Burgo.

Ya cerca de Alba nos encontramos esta casa, quien sabe la antigua rectoría



Poco antes de San Caetano de Alba me "caza" Rubén, con el que voy un buen tramo. Agradezco su compañía y su gesto de reducir su paso y acomodarse al mío. Va haciendo fotografías, preguntando a los lugareños, tomando notas. Creo que esta foto de la iglesia de Alba, muy parecida también la tenga él.

Como él se cuida en redactar y tener actualizados todos los datos de la web del Camino de Santiago de Eroski Consumer. Si queréis consultar tan interesante página, podéis enlazar aquí:http://caminodesantiago.consumer.es/

Iglesia de Santa María de Alba (en San Caetano de Alba)
Ahora el camino nos acompaña, atravesando una carballeira (robledal):

El Camino entre Alba y Barro

El Camino entre Alba y Barro
Pasado Barro nos encontramos un cruceiro cerca de San Mamede.

A la salida de Barro nos encontramos este cruceiro cerca de San Mamede
Ahora el camino entre La Seca y Briallos (Portas) nos encontramos numerosas viñas, con las parras colgadas, para evitar que el contacto con el suelo produzca demasiada humedad sobre las cepas. A veces las dejamos de lado, a veces pasamos por debajo, lo que ofrece una cierta sombra que se agradecería, si el dia fuera caluroso. De todas formas esta etapa tiene unos 24 kilómetros, lo que supone unas seis horas de camino, por lo que llegaríamos a Caldas de Reyes sobre la una del mediodía.













 Dentro de la población de Caldas de Reyes existe un puente que cruza el río Umía y en un o de los lados del puente está este cruceiro.


Caldas de Reyes debe su nombre a la existencia de fuentes termales. Algunas están a disposición de los habitantes. Otras se encuentran en unos baños termales y en un hotel con servicios balnearios, donde pernoctaron algunos peregrinos, pues como dice el refrán: "a Dios rogando y con el mazo dando", lo que yo aplico que el cansado peregrino no sólo tiene que pedir al Apóstol, para que le alivie los dolores debidos a la marcha, sino que gastan sus recursos en pernoctar en este establecimiento que tras el relajante baño, aparecen todos frescos y dispuesto a seguir hacia Santiago.


Aquí está todo controlado. En los lavaderos públicos,los únicos en España que cuentan con agua caliente, ahora frente a la carencia de ropa para lavar, los vecinos lo visitan, unos para sumergirse en bañador, otros como yo para poner los pies y por que no las piernas hasta por encima de las rodillas (solamente remangándose los pantalones). Cada uno sumerge lo que precisa el baño, pues hubo quien tenía el brazo sumergido casi hasta el sobaco. Yo estuve aquí más de media hora. Había que aprovecharse del esfuerzo que me supone descalzarme, sacarme los calcetines y viceversa.

Alguno se preguntará el por que de estos esfuerzos, pero como ya he comentado al principio de este blog, hace casi 25 años tuve un accidente y me rompí el epicóndilo del húmero izquierdo, resultando una movilización reducida del brazo izquierdo de un 50%. He podido conseguir una vida casi normal, pero tanto ponerse los calcetines como los zapatos supone gran esfuerzo, por lo que mientras que otros peregrinos, cuando ven un curso de agua o una fuente a tiro, ya tienen allí los pies en remojo, yo me lo pienso. A veces es inevitable, por ejemplo, en San Bol, poco antes de Hontanas en la provincia de Burgos, aquellas aguas frías y cristalinas supone un remedio servido por los ángeles en medio de aquel secarral.




domingo, 24 de febrero de 2013

Camino Portugués: Pontevedra.

La etapa por fin ya había terminado, tarde, pero con bien. Había sido una de las etapas más largas.

Por la tarde habíamos quedado que iríamos al centro de Pontevedra para visitar a la patrona la Virgen Peregrina, asistir a misa. si era posible allí y cenar algo.

Fuente junto a la iglesia de la Peregrina

Iglesia de la Peregrina, patrona de Pontevedra, el sol ya cae y las sombras ganan terreno

iglesia de la Peregrina en Pontevedra

Parte alta de la iglesia de la Peregrina aún bañada por el sol

Imagen de la Virgen Peregrina

Remate de la fuente a los pies de la iglesia de la Peregrina en Pontevedra
Sepulcro de Paio Gómez Charino en el convento de San Francisco de Pontevedra

Sepulcro de Paio Gómez Charino


Ábside de la iglesia del convento de San Francisco en Pontevedra


Fachada del convento de San Francisco en Pontevedra
Vista lateral de la iglesia de la Peregrina

Casco antiguo de Pontevedra

La plaza de la leña en el casco antiguo de Pontevedra

Detalle de la cruz del cruceiro en la plaza de la Leña en Pontevedra

Iglesia de San Bartolomé en Pontevedra

Imagen de la Virgen sobre la puerta de entrada a la iglesia de San Bartolomé en Pontevedra

Escudo en la parte superior de la fachada de la iglesia de San Bartolomé

Una fuente en una plazuela de Pontevedra

Estatua de Valle Inclán

Estatua de Ramón María del Valle Inclán en una plaza de Pontevedra






viernes, 22 de febrero de 2013

Camino Portugués: De Mos a Pontevedra.

Primero os voy a poner unas fotos de Mos que me olvidé de colgarlas en mi anterior entrada.

El Pazo de Mos

Escudo en el Pazo de Mos

Iglesia de Santa Eulalia del Monte en Mos

Iglesia de Santa Eulalia del Monte en Mos

Iglesia de Santa Eulalia del Monte en Mos

Inicialmente la iglesia estaba cerrada, pero por la tarde hubo una boda, por lo que pude entrar y ver la iglesia por dentro. Luego los participantes en la boda cruzaron la plaza y entraron en el pazo, para seguir la fiesta.

A la mañana siguiente salí bien de mañana, pues como la etapa anterior la recorté, esos diez kilómetros me recaían en la etapa de hoy.

Cruceiro de los Cabaleiros
Primero viene una subida y luego una larga bajada hacia Redondela, pasando un tramo con una bajada cementada muy pronunciada.

Más adelante un grupo que pernoctó en Mos me alcanzó Salomé, Débora, Ángeles y Ricardo. Conseguí seguir a su paso hasta Redondela, donde paramos para tomar algo. Después cada uno siguió su camino.

Pasado Redondela tienes la ría de Vigo a tu izquierda.

La ría de Vigo
Durante casi dos horas continúa el camino hacia Arcade, donde cruzas el río Verdugo por el Ponte de Sampaio.

Ponte de Sampaio
Como el día era caluroso y el camino prometía accidentado, preferí seguir por el arcén de una carretera poco concurrida. Debido a mi visión complicada, pues habitualmente llevo gafas bifocales, pero cuando ando el camino o simplemente voy por la montaña, me cambio las gafas por otras sólo para lejos. El arcén de carreteras poco concurridas, con el debido respeto a los coches que circulan y manteniendo la atención, camino más rápido que por caminos de montaña, donde tengo que estar pendiente de las piedras y otros accidentes del terreno.

Poco antes de Santa Marta, pero siguiendo la carretera, encontré un bar restaurante, donde comí, pues ya eran las dos de la tarde pasadas y el calor recomendaba tomar un descanso y una sombra. Pregunté como encontrar el camino y me dijeron por donde. Pero en el donde vino el problema, pues había que cruzar la vía férrea en construcción por un puente provisional de tubo metálico que no estaba pensado para llevar una mochila en la espalda. Por poco me quedo allí atravesado, pero gracias a Santiago y algunos de sus ángeles de la guardia pude seguir adelante. Contacté con el camino poco antes de la ermita de Santa Marta. Recuerdo que en el camino existía un cierto alboroto, pues un peregrino se había accidentado con la rama atravesada de un árbol. Proseguí el camino entre peregrinos ya acercándonos hacia Pontevedra, donde en su entrada nos encontramos con el albergue. El albergue se veía, pero por donde se entraba, buena pregunta. Al final lo conseguí.

En el albergue tras una confusión de los hospitaleros conseguí al fin una cama, ducharme, cambiarme la ropa, lavar la ropa sucia, descansar un rato. Allí conocí a Ruben de Eroski que estaba trascribiendo las notas de la jornada realizada. Luego me fui andando hacia el centro de Pontevedra en chancletas, pues para llevar menos peso, no llevo sandalias, y si descanso de las botas, tengo que utilizar las chancletas que llevo para ducharme.

En mi siguiente entrada recordaré mi visita a Pontevedra.




miércoles, 20 de febrero de 2013

Camino Porugués: De Tuy a Mos

Por la mañana salimos temprano sobre las siete de la mañana. El camino nos llevó hacia un cruceiro.

Cruceiro de San Bartolomé a la salida de Tuy

Detalle del cruceiro de San Bartolomé

Como el albergue se encuentra cerca de la catedral, lo primero que haces es volver hacia ella y despedirse de Santa María, pasar por delante del convento de las Clarisas, dejar atrás el convento de Santo Domingo y a unos 200 metros pasamos junto al cruceiro de San Bartolomé.

Seguimos las flechas hasta llegar a un vado, donde está el puente Ponte da Veiga.

Ponte da Veiga a la salida de Tuy
Ahora viene un tramo querido por el peregrino, pues andas por una pista forestal en medio de un bosque de eucaliptos. Muy agradable es atravesarlo, aunque lo temprano del día no te mitiga el calor de la jornada, ya pasaré calor al salir de Porriño.







Uno de los tramos deseados por el peregrino es el paso del Ponte das Febres, donde enfermó San Telmo.




Aún tengo por compañero a Jorge, pues como a él le quedaban más días hasta volver a Alemania se quedó en Porriño.

Un horreo en el camino


Asistencia para el peregrino
Entre Magdalena y Orbenlle nos encontramos esta agradable asistencia al peregrino. Tan completa no la había visto en ningún sitio. De izquierda a derecha se puede ver una máquina de refrescos, luego una máquina de Coca-Cola y a la derecha una máquina con bebidas calientes, todas ellas a un precio ajustado, pero hasta aquí todo parece normal, aunque sean tres máquinas, pero lo sorprendente es que colgado de la pared, junto a la máquina de las bebidas calientes, hay un boitiquín, que estaba abierto y bien surtido de todo lo que necesita un peregrino, para hacer una cura de urgencia. Es verdad que la mayoría de peregrinos habíamos comenzado en Tuy a menos de nueve kilómetros, por lo que pasamos a un horario matutino, bastante fresco, pero también están los extrajeros, americanos o centroeuropeos que salen a las tantas. Este pasado año que tuve que terminar averiado en Ponferrada y esperando que saliera el tren de vuelta, me encontré a unos norteamericanos y unas alemanas, desayunando pasadas las diez de la mañana. ¿A qué hora pensaban llegar a Villafranca del Bierzo? La etapa es corta respecto a otras previas castellanas, pero llegarían pasadas las cuatro de la tarde a pleno sol, es decir a la hora de más calor.

Algunos pocos portugueses podrían empezar la etapa cerca de Valença do Minho y si se entretienen visitando la catedral de Santa María de Tuy, llegarían a pleno sol a este lugar. Pero luego viene lo bueno.

En la foto no se ve que a la derecha de la puerta habían un banco corrido, donde podías descansar o los averiados curar sus males.

Puente medieval antes de Orbenlle

Con esta foto me despido de Jorge que antes de llegar al polígono industrial que se encuentra a la salida de Orbenlle, se paró en un bar para almorzar con otras alemanas, aquellas que comenté en Rates que se daban al vino "zu trinken".

Pasado este remanso de tranquilidad y belleza viene uno de los tramos más tediosos de todos los caminos. Una recta de más de tres kilómetros por el polígono. Cada uno elige por donde quiere andar: por la acera, la calzada o por las hierbas, Pensar que a nuestro paso, cargados con la mochila supone casi una hora de camino. Cuando llegas arriba, pues la recta hace barriga, es más distraido, pues supones cerca Porriño.

En Porriño me volví a encontrar a Jorge, pero ya definitivamente nos despedimos. Era el mediodía de un día soleado. Porriño como población importante tenía cierta vitalidad.

Yo quería seguir hacia Redondela, pero el sol cada vez apretaba más. El trayecto poco atractivo y como la siguiente etapa era corta, decidí terminar mi etapa en Mos.

Pregunté en el albergue si tenían sitio, claro que sí, pues casi era el primero en caer. Ya eran pasadas las dos de la tarde y pensar en que quedaban casi diez kilómetros has Redondela, pensé que era mejor dejarlo para otro día.

Elegí una cama (litera). Dentro había una pareja extranjera que después de ducharse, estaban preparandose la comida. Yo me duche y siguiendo el protocolo que ya os he comentado anteriormente, atravesé y fue al bar-tienda de comestibles que regentaba la misma que el albergue y fui a comer.

Recuerdo que primero me prepararaon una ensalada con lechuga, tomate, atún, aceitunas y algo más que me lo supondría, pues no me recuerdo. Luego me ofrecieron carne asada con una fabulosa salsa de zanahorias reducidas a puré con patatas fritas. De postre seguro que tomé helado y no se si fruta.

Cuando estaba con el segundo plato fue apareciendo gente, los primeros comieron, descansaron y continuaron hasta Redondela, la mayoría, parada y fonda. La mayoría se convirtieron en nuevos compañeros del Camino, ya que como os dije Jorge se quedó en Porriño y siguió un día tras de nosotros, el alemán casado con la portuguesa se quedó en Portugal, las alemanas jovencitas que mostrté en Rubiaes terminaron el camino, pues habían quedado con otra amiga, las alemanas adictas al vino ya nolas volví a ver. A Santi y Simoneta que los conocí en Ponte de Lima, comieron en Mos, pero siguieron hasta Redondela. María Angeles, Débora y Salomé coincidimos en gran parte del camino por Galicia.

Dos extrajeras, pues ahora no recuerdo sus nacionalidades. La de la izquierda es de la pareja que llegó antes que yo.

Salomé, burgalesa

Débora, extremeña

Pablo, español (lo conocí en Rubaies, pues llevaba una cámara reflex) y Ricardo, portugués

Mavi y su hermano, andaluces

Pablo, Ricardo y el chico de la pareja que llegó antes que yo

Simoneta, italiana, con Santi, catalán. A esta pareja los conocí en Ponte de Lima. Ellos eran los únicos que habían empezado en Lisboa y por lo tanto habían recorrido el Camino Portugués entero.

Angeles, andaluza, se sentó delante mío y me alegró la tarde. Se me fueron todos los males.

Ester y Alejandro, hermano de Mavi, granadinos

Ángeles y Débora, al fondo