domingo, 15 de enero de 2017

Camino Sanabrés. Monasterio de Osera (Oseira) 5

5. RESTAURACION

Cerca de un siglo llevó abandonado el monasterio, habiendo llegado los edificios al borde de una ruina inminente. Sin duda hubieran desaparecido para siempre, si Dios no dispone los acontecimiento de manera que encontrara un corazón generoso que se interesara por salvarle. Merece grabarse con letras de oro en la historia de la abadía el nombre de don Florencio Cerviño González, obispo de Orense (1922-1941), quien a poco de tomar posesión de la diócesis y visitar el monasterio, partido de angustia el corazón ante aquel atentado contra el arte y la fe de nuestros mayores, concibió la idea de devolverle a la vida, no parando hasta lograr instalar en él un grupo de monjes cistercienses el 15 de octubre de 1929.
A pesar de que los primeros años fueron muy duros para la pequeña comunidad, por carecer de medios de vida, y verse rodeados de ruinas por todas partes, se mantuvieron fieles al carisma fundacional, soportando tantas contrariedades como les salieron al paso. Poco pudieron hacer por la restauración del edificio, por la falta de medios. No obstante, hasta 1966 no se comenzaron en serio las obras de restauración, seguidas día a día, bajo la dirección de los propios monjes, que las han llevado a cabo con la perfección que todos pueden ver. Tan llamativa ha sido la labor realizada, que la propia Diputación de Orense, que es la que más ha ayudado a la obra restauradora, otorgó en 1990 la Medalla de Oro a los monjes, al par que ella misma se ocupó de presentar al consejo internacional la obra llevada a cabo con el fin de optar al Premio Europa Nostra, que suele conceder ese organismo a los edificios bien restaurados o recuperados. Fue otorgado, en efecto, en el mismo año 1990, habiéndose desplazado desde Madrid para otorgarlo la reina doña Sofía de Grecia.

Al par que la obra restauradora, se ha enriquecido el monasterio con una notable biblioteca y un pequeño archivo, que están prestando señalados servicios a la cultura, volviendo a recuperar el monasterio el distintivo característico de los monjes antiguos, que fueron los mejores transmisores de la cultura.



fachada del Escriptorium al patio de los monjes en el monasterio de Osera. Dos ventanas y una puerta acristalada para que entre más luz a la estancia.

techo del Escriptorium del monasterio de Osera

parte baja del claustro del patio de los monjes en el monasterio de Osera

techo de la escalera de la chimenea del monasterio de Osera

techo de la escalera de la chimenea del monasterio de Osera

techo de la escalera de la chimenea del monasterio de Osera

claustro superior del patio de los monjes en el monasterio de Osera

monasterio de Osera u Oseira

techo del refectorio antiguo de los monjes en el monasterio de Osera

techo del refectorio antiguo de los monjes en el monasterio de Osera

presidencia del refectorio antiguo de los monjes en el monasterio de Osera

galería junto al refectorio antiguo de los monjes en el monasterio de Osera

galería junto al refectorio antiguo de los monjes en el monasterio de Osera

claustro superior del patio de los monjes en el monasterio de Osera

fuente para el lavado de los monjes antes de entrar en el refectorio antiguo de los monjes en el monasterio de Osera

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