A la mañana siguiente me fui a desayunar a un bar que se encontraba delante del albergue, donde tenían también habitaciones y algunos de los compañeros del camino decidieron pernoctar allí. Quien sabe buscaban un poco de intimidad, una bañera donde sumergirse y relajarse. Así por la mañana dusqué la salida, pues la entrada, como ya os comenté, fue un poco escondida. Al cerrarse la puerta del jardín, ya no había vuelta atrás. Un café con leche con algo más, me recuerdo de una tostada con aceite.
Dejé a los compañeros que aún tenían quehaceres y atravesé el río Lérez por el Ponte del Burgo.
Ya cerca de Alba nos encontramos esta casa, quien sabe la antigua rectoría
Poco antes de San Caetano de Alba me "caza" Rubén, con el que voy un buen tramo. Agradezco su compañía y su gesto de reducir su paso y acomodarse al mío. Va haciendo fotografías, preguntando a los lugareños, tomando notas. Creo que esta foto de la iglesia de Alba, muy parecida también la tenga él.
Como él se cuida en redactar y tener actualizados todos los datos de la web del Camino de Santiago de Eroski Consumer. Si queréis consultar tan interesante página, podéis enlazar aquí:http://caminodesantiago.consumer.es/
Iglesia de Santa María de Alba (en San Caetano de Alba) |
El Camino entre Alba y Barro |
El Camino entre Alba y Barro |
A la salida de Barro nos encontramos este cruceiro cerca de San Mamede |
Caldas de Reyes debe su nombre a la existencia de fuentes termales. Algunas están a disposición de los habitantes. Otras se encuentran en unos baños termales y en un hotel con servicios balnearios, donde pernoctaron algunos peregrinos, pues como dice el refrán: "a Dios rogando y con el mazo dando", lo que yo aplico que el cansado peregrino no sólo tiene que pedir al Apóstol, para que le alivie los dolores debidos a la marcha, sino que gastan sus recursos en pernoctar en este establecimiento que tras el relajante baño, aparecen todos frescos y dispuesto a seguir hacia Santiago.
Aquí está todo controlado. En los lavaderos públicos,los únicos en España que cuentan con agua caliente, ahora frente a la carencia de ropa para lavar, los vecinos lo visitan, unos para sumergirse en bañador, otros como yo para poner los pies y por que no las piernas hasta por encima de las rodillas (solamente remangándose los pantalones). Cada uno sumerge lo que precisa el baño, pues hubo quien tenía el brazo sumergido casi hasta el sobaco. Yo estuve aquí más de media hora. Había que aprovecharse del esfuerzo que me supone descalzarme, sacarme los calcetines y viceversa.
Alguno se preguntará el por que de estos esfuerzos, pero como ya he comentado al principio de este blog, hace casi 25 años tuve un accidente y me rompí el epicóndilo del húmero izquierdo, resultando una movilización reducida del brazo izquierdo de un 50%. He podido conseguir una vida casi normal, pero tanto ponerse los calcetines como los zapatos supone gran esfuerzo, por lo que mientras que otros peregrinos, cuando ven un curso de agua o una fuente a tiro, ya tienen allí los pies en remojo, yo me lo pienso. A veces es inevitable, por ejemplo, en San Bol, poco antes de Hontanas en la provincia de Burgos, aquellas aguas frías y cristalinas supone un remedio servido por los ángeles en medio de aquel secarral.