viernes, 18 de enero de 2013

La semana de los santos barbudos

Cuando estamos en el mes de enero, cerca de la festividad de San Antonio Abad o también llamado San Antón, patrón de los animales, se dice que estamos en la semana de los santos barbudos.

He tenido que buscar en Internet, para reconocer, algo que ya sabía, pero que a la fin no me recordaba.

Los santos barbudos son San Pablo ermitaño y San Mauro que ambos se celebran el 15 de enero y San Antonio Abad, también llamado San Antón, que se celebra el 17 de enero. Este año tanto los días 15 y 17 han caído en la misma semana. He buscado por Internet, Google Imágenes a estos tres santos, encontrando muy pocas de ellos. Reproduzco algunas de ellos.

San Mauro (biografía presentada en solidaridad.net):

Nació en Roma de una familia ilustre el año 511. Se educa desde su adolescencia bajo la dirección de S. Benito, llegando a ingresar en su orden donde llega a ser Abad y fundador de muchos monasterios en Francia.




Taumaturgo por el episodio del estanque con el niño Plácido, la curación de los menesterosos y sus relaciones con el conde Gaidulfo, enemigo funesto de los monjes franceses. Su gran espíritu de penitencia le impulsa a retirarse a bien morir. Entrega su alma a Dios el 15 de enero del 583.

Al no constar el tiempo en que llegaron sus reliquias a Extremadura, sólo se puede afirmar ser muy antigua su veneración. El Sínodo diocesano de 1501 se expresa en estos términos: "Y así mismo, mandamos que en el lugar de Almendral se denuncie por fiesta de guardar el día de santo Mauro, por cuanto allí está el cuerpo". El Arcipreste de Santa Justa en Toledo, Julián Pérez llega a firmar que en 1130 ya se celebraba su memoria en Almendral según costumbres de muchos años antes, que en opinión de Solano de Figueroa sería a final de la monarquía goda, opinión no compartida hoy.



Cuando él es visitador general del Obispado en 1658 indaga sobre el asunto y recoge la tradición de que los benedictinos fueron sus portadores, aunque no hay papeles de bulas pontificias que lo acrediten debido a la desaparición de documentos por un incendio.

Fueron trasladadas dichas reliquias a la Catedral por el Obispo benedictino de Badajoz D. Fray José de la Zerda el 1643, continuando parte en Almendral, como lo fuera en Fosano, Montecasino y Marsella. La guerra con Portugal, que comenzó el 1640, obligó a dicho traslado por los motivos de seguridad. El 8 de Abril de 1668 ordena al cabildo entregar el cuerpo de San Mauro a la villa de Almendral. La entrega la hacen el 29 del mismo mes, los capitulares Juan Rebolero y Pedro Lepe. Quedó una reliquia en la Seo de la catedral, encargándosele a Solano de Figueroa la depositara en el relicario.

La Iglesia y obispado de Badajoz celebraba el 15 de Enero al Santo Abad.


San Pablo ermitaño (presentado en solidaridad.net):



Este es el primer santo ermitaño de la Iglesia universal. Nació en Tebaida, Egipto, en el 230 y murió en el 342

Tuvo la mala suerte de vivir en un período en el que los cristianos eran cazados y perseguidos como criminales contra la seguridad del Estado.



Quedó huérfano a los 15 años, y su cuñado quiso enrolarlo en el ejército. A os 22, se fue al desierto para fortalecer su fe ante los combates que le aguardaban.

El silencio y la soledad son los peligros mayores para un ser humano. Y sin embargo, para él constituyó el fruto más preciado de santidad.

En el desierto se aprende a confiar en Dios más que en el propio dinero o bienestar.

Trabó una intensa amistad con san Antonio.



Llevaba muchos años sin haber visto a un ser humano. Mira, le dijo a su compañero, ahora va a tener el cuervo un problema. Hasta ahora me traía cada día pan para mí. Pero como somos dos, verás cómo Dios no nos abandona. Y efectivamente, el cuervo duplicó la ración que transportaba cada día. No les faltó nunca el pan y el agua cristalina de una fuente en pleno desierto. Ambos recibieron la ayuda de Dios durante 60 años, ya que cada día le enviaba pan mediante un pájaro.

Pablo le predijo a Antonio el día de su muerte. Y así sucedió. Dos leones le ayudaron a enterrarlo.

Pero ya antes le había dicho que fuera a su monasterio: "Vete a tu monasterio y me traes el manto que el gran san Atanasio te regaló. Quiero que me amortajen con ese manto". Cuando volvía de hacer el encargo, vio el alma de Pablo volando al cielo. Y Antonio exclamó: "Pablo, Pablo, ¿por qué te fuiste sin decirme adiós?

San Antonio Abad le dijo a sus monjes: "Yo soy un pecador, pero en el desierto conocí a uno que era tan santo como un Juan Bautista: era Pablo el ermitaño".

Su cuñado, ya antes de saber la muerte de Pablo, el muy descarado, al ver que Pablo se había ido al desierto, lo denunció a la autoridad para que todos los bienes pasasen a él. Murió a los 113 años.





San Antonio Abad o San Antón (biografía escrita en Wikipedia):



Antonio nació en el pueblo de Comas, cerca de Heraclea, en el Alto Egipto. Se cuenta que alrededor de los veinte años de edad vendió todas sus posesiones, entregó el dinero a los pobres y se retiró a vivir en una comunidad local haciendo vida ascética, durmiendo en un sepulcro vacío. Luego pasó muchos años ayudando a otros ermitaños a encaminar su vida espiritual en el desierto. Más tarde se fue internando mucho más en él, para vivir en absoluta soledad. Es el patrón de los animales ya que le agradaban mucho y siempre los cuidaba. Sentía cierta debilidad especialmente por los "cochinillos"



De acuerdo con los relatos de san Atanasio y de san Jerónimo, popularizados en el libro de vidas de santos La leyenda dorada que compiló el dominico genovés Santiago de la Vorágine en el siglo XIII, Antonio fue reiteradamente tentado por el demonio en el desierto. La tentación de san Antonio se volvió un tema favorito de la iconografía cristiana, representado por numerosos pintores de importancia.
Su fama de hombre santo y austero atrajo a numerosos discípulos, a los que organizó en un grupo de ermitaños junto a Pispir y otro en Arsínoe. Por ello, se le considera el fundador de la tradición monacal cristiana. Sin embargo, y pese al atractivo que su carisma ejercía, nunca optó por la vida en comunidad y se retiró al monte Colzim, cerca del Mar Rojo como ermitaño. Abandonó su retiro en 311 para visitar Alejandría y predicar contra el arrianismo.




Jerónimo de Estridón, en su vida de Pablo el Simple, un famoso decano de los anacoretas de Tebaida, cuenta que Antonio fue a visitarlo en su edad madura y lo dirigió en la vida monástica; el cuervo que, según la tradición, alimentaba diariamente a Pablo entregándole una hogaza de pan, dio la bienvenida a Antonio suministrando dos hogazas. A la muerte de Pablo, Antonio lo enterró con la ayuda de dos leones y otros animales; de ahí su patronato sobre los sepultureros y los animales.




Se cuenta también que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos (que estaban ciegos), en actitud de súplica. Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se acercara. Pero con el tiempo y por la idea de que el cerdo era un animal impuro se hizo costumbre de representarlo dominando la impureza y por esto le colocaban un cerdo domado a los pies, porque era vencedor de la impureza. Además, en la Edad Media para mantener los hospitales soltaban los animales y para que la gente no se los apropiara los pusieron bajo el patrocinio del famoso San Antonio, por lo que corría su fama. En la teología, colocar los animales junto a la figura de un cristiano era decir que esa persona había entrado en la vida bienaventurada, esto es, en el Cielo, puesto que dominaba la creación.






Todas las fotos están sacadas de Google Imágenes)



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