El viernes 30 de agosto de 2013 será el penúltimo día del Camino de este año. Como tengo que volver a Barcelona el domingo, me interesa llegar a Santa Irene, para que los poco más de veinte kilómetros del sábado me permitan llegar a Santiago. Este tramo ya lo he hecho en años anteriores, pero con la diferencia que entonces era un mes antes, por lo que amanecía casi una hora antes.
Después de la confusión a la salida de Gonzar el día anterior, esta vez como conocía por donde salía el camino que luego atraviesa la carretera y se dirige hacia Santa María de Melide me permitía salir aún de noche, levantándome a la hora acostumbrada, sobre las 06 horas de la madrugada y tras pasar por el servicio, recoger la mochila y un breve desayuno, para acompañar las pastillas por el aparato digestivo.
Por Santa María de Melide pasé que ya se distinguía un poco de luz. El día anterior hubiera querido pasar para visitarla por dentro, pero salí del albergue después de seguir el protocolo casi a las 20 horas, por lo que dudé que llegaría con la iglesia cerrada y acumularía un retraso, pues aún tenía que pasar por la farmacia, para comprar arándono rojo, lo que os da una pista en que consistía mi penitencia ya mencionada, luego por un supermercado para conseguir un desayuno y finalmente a casa Ezequiel y así disfrutar de ágape al día.
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Ábside de Santa María de Melide |
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Santa María de Melide |
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Santa María de Melide |
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Santa María de Melide |
Pasada la iglesia de Santa María de Melide nos encontramos el antiguo lavadero de este núcleo de viviendas.
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Lavadero de Santa María de Melide |
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Ángela y Eriz me adelantan después de desayunar en un bar próximo |
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De Melide a Ribadiso Baixo |
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De Melide a Ribadiso Baixo |
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De Melide a Ribadiso Baixo |
Como puente sobre el río Catasol hay cinco grandes piedras, de las cuales la cuarta se mueve, dando gran inseguridad. Los ciclistas se apearon todos cada uno de su bici. Gracias a un grupo de jóvenes o no tan jóvenes que me ayudaron a pasar.
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Un puente con cinco piedras atraviesa el río Catasol |
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De Melide a Ribadiso Baixo |
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Gemma pasó como una gacela, dejándome atrás como a una tortuga. |
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Todos me dejan atrás |
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De Melide a Ribadiso Baixo |
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De Melide a Ribadiso Baixo |
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De Melide a Ribadiso Baixo |
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De Melide a Ribadiso Baixo |
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De Melide a Ribadiso Baixo |
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De Melide a Ribadiso Baixo: Boente |
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De Melide a Ribadiso Baixo: Boente |
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De Melide a Ribadiso Baixo: Boente |
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De Melide a Ribadiso Baixo: Boente |
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De Melide a Ribadiso Baixo |
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Ribadiso Baixo |
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Ribadiso Baixo |
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De Melide a Ribadiso Baixo: el río Iso |
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Ribadiso Baixo: el río Iso |
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Ribadiso Baixo. Lo que me queda de una ración de queso de Arzúa, pues no me recordé fotografiarla, cuando me la sirvieron. |
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Delante del albergue municipal de Arzúa los peregrinos hacen cola para conseguir cama |
Mientras en Arzúa ya hay peregrinos que hacen cola para conseguir cama en el albergue, un menda se toma un suplemento de casi 17 Kms para llegar a Santa Irene. Aquí se quedó algunos de los compañeros de días pasados que no tenían tanta prisa, para llegar a Santiago.
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De Ribadiso Baixo a Arzúa |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene: Sólo faltan unos 30 Kms. |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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De Arzúa a Santa Irene |
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Santa Irene |
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Santa Irene |
Cuando llegué a Santa Irene, pregunté en el albergue, si quedaban plazas o camas. Me dijeron que sólo tres y las tres en las alturas. No se podía elegir, pues el albergue de Arca O Pino ya estaba lleno, Lo tomas o lo dejas y pruebas fortuna en albergue privado. Insensato de mi, dije que sí, por poco esa noche me rompo la crisma. Subir se sube fácil, pero bajar a oscuras, yo no veía el suelo. Además con la necesidad de tener que "cambiar el agua de las olivas" cada tanto. Todo fueron desgracias, pues la bolsa donde dejo por la noche algunas pertenencias, entre ellas mi linterna frontal, se cayó al suelo. Finalmente aproveché que cada litera tenía un punto de luz y unos enchufes, para iluminarme en medio de la oscuridad. Tras saltar al vacío, recuperar la bolsa, moví el colchón hacia la pared y así asegurarme que no me caería nada más, colocando mis pertenencias contra la pared.
Pero aún hay luz, tras seguir el protocolo, como ayer, mudándome la ropa sin lavar la sucia, dí unas vueltas por los alrededores bañados con los últimos rayos de sol poniente.
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Junto al albergue de Santa Irene |
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Junto al albergue de Santa Irene |
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Junto al albergue de Santa Irene |
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Junto al albergue de Santa Irene: mazorca de maiz |
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Junto al albergue de Santa Irene |
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Junto al albergue de Santa Irene |
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Junto al albergue de Santa Irene |
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Junto al albergue de Santa Irene |
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Junto al albergue de Santa Irene |
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Junto al albergue de Santa Irene |
A la hora de cenar decidí comerme las sobras, para no entrar en Santiago con restos de comida y así no tirar nada. Me comí la tortilla de patatas de Palas de Rei con pan que me dieron en un bar antes de Saklceda, allí en medio de la nada.
Un grupo, más o menos la mitad de los presentes en el albergue, me propusieron que cenara con ellos, pues iban a hacer una despedida, por lo que aún habiendo ya cenado, si bien antes no había comido salvo la ración de queso en Ribadiso Baixo. Me sumé al grupo, parte del Camino del Norte por la costa, es decir, que venían de Sobrado de los Monjes.
Fueron a comprar en veces, digo en veces, pues tras comprar en un supermercado de Arca, quienes les trajeron en coche con las vituallas, tuvieron que volver, pues en el albergue hay cocina, pero no hay menaje, ni una triste cazuela. Ahora ya hay una meritoria cazuela. Parte cocinaron en una lata grande de atún.
De primero patatas fritas y otros aperitivos, si bien casi se comieron de postre. Luego el plato fuerte pasta de diversos colores y formas (tres paquetes diferentes) con el mencionado atún, tomate, queso de Arzúa que se fundió con la pasta caliente. Para beber cerveza, refrescos o vino de Ribeiro blanco. De postre Tarta de Santiago. Les dije que deberían haber comprado una botella de vino dulce "Meus amores" que por ser es de las mismísima Arca O Pino.
Luego hubo un jaleo moderado, para no molestar a los compañeros que ya dormían, pues hay peregrinos que duermen antes que las gallinas. Se sorteó la cazuela que los afortunados fue un matrimonio irlandés que finalmente la dejó en usufructo para próximos peregrinos. Hubo un compañero que anotó todas las direcciones de correo electrónico, pero aún no he recibido ninguna foto o correo. Si alguien conoce a algunos de ellos, que le indique el enlace de mi blogs y así compartir las fotos.
Perdonad que no me recuerdo de los nombres.
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los cocineros |
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los cocineros en acción |
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Añadir leyenda |
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una de las organizadoras del evento, tan deslumbrante que desenfoca. |
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El irlandés premiado con la cacerola. Podéis ver la lata de atún que sirvió de sartén. |
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la esposa irlandesa del agraciado de la cazuela |
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El principal organizador del evento, cocinero y ... |
Yo me acosté pasadas las once, pero hubo quien fueron pasadas la una. Algunos de ellos me los encontré el domingo en la misa del peregrino y me dijeron que se levantaron más tarde y llegaron a Santiago el sábado pasadas las cuatro de la tarde.
Aquí se hablaba más inglés que español, por lo que yo me enteré "lo del negro en el sermón".