Las estrellas del Camino: Camino 2013: La Faba

domingo, 8 de septiembre de 2013

Camino 2013: La Faba

Después de aquel apedreado camino me encontré a tres que bajaban y me dijeron que quedaba de diez a quince minutos de penitencia, lo que me animó, pues parecía más cercana la meta.

En un momento dado vi una casa, lo que podía suponer que habrían más y por tanto ya había llegado a La Faba. Vimos, pues en ese momento coincidí con unos argentinos una flecha que enviaba a un albergue y a un hostal, por lo que supusimos se trataría de un albergue privado y seguimos. Llegados al núcleo de casas, pues no llegaba a ser urbano, presidido por una fuente, donde ya me senté en 1999, con un agua fría reparadora, y pregunté donde estaba el albergue alemán Ultreia, unos para abajo, otros para arriba, parecía más segura la segunda versión, pero uno me dijo ahí te dan infusiones. Estuve a punto de entrar, pero vi que vendían recuerdos naturistas, y alguien me espetó: este es el albergue vegetariano. Por lo tanto no era el alemán y probé en el otro. Este sí junto a la iglesia parroquial de San Andrés estaba el albergue alemán. Como las hospitaleras casi no sabían castellano, tuve que hacer prácticas de alemán.

Primero te tienes que descalzar, luego pasar por recepción, donde presentas tu credencial y luego te adjudican una litera que conseguí también fuera baja. Me dijeron que al día siguiente podías desayunar, entregando la voluntad.

Tomada posesión de mi cama, deshice la mochila, a caso el momento más angustioso, pues aquello que había estado tan recogido, parecía un campo de bramante, todo un tenderete. Tras la ducha y ropa limpia me fui al bar de La Faba para comer. Se atendía según el orden de entrada, por lo que echaba en falta no me hubieran traído la bebida para calmar la sed.

Tras atender a todos por fin me llegó el turno, lentejas y pechuga de pollo a la plancha.

Antes había pedido un taxi para una inglesa que ya no podía más y quería subir hasta O Cebreiro.

Entre tanto algún peregrino que tras reponer fuerzas pretendía subir hasta O Cebreiro.

Por mi parte, cuando terminé, me fui al albergue para hacer la colada. Como el tendedro estaba lleno, desplegué uno que estaba plegado.

A las 18:15 tocaron las campanas de la iglesia, pues a las 18:30 celebraban la eucaristía de la vigilia dominical.